Cuando de promocionar productos o servicios, hoy en día la primera opción a que se echa mano es acudir a las redes sociales, al internet.
Pero, ¿realmente, ese es el camino a seguir para el emprendedor de hoy?
Lo cierto es que con tantas empresas que se lanzan a diario, cuyo primer puerto de escala son las plataformas de segmentación avanzada de Facebook, Google y Twitter, es un espacio cada vez más abarrotado, especialmente porque los consumidores se dan cuenta de la publicidad web y se mueven para bloquearla.
En estas condiciones difíciles, es aconsejable dar un paso atrás y pensar en métodos de marketing más tradicionales. Por supuesto, hablamos de publicidad exterior (a veces denominada OOH o publicidad externa). Aunque gran parte de nuestras vidas ahora se pueden gastar en línea, el mundo que nos rodea es un elemento permanente, por lo que la publicidad exterior representa una oportunidad para la publicidad inevitable y de alta visibilidad.
La publicidad exterior viene en muchas formas y tamaños, desde vallas publicitarias hasta paradas de autobús, pero en su núcleo es una idea simple: poner su negocio frente a los ojos interesados. Puede que no tenga las características específicas de segmentación de, por ejemplo, Facebook, pero lo que sí tiene es una gran ventaja: es local.
La publicidad local se ha convertido en un gran foco para los gigantes de la tecnología cuando intentan atraer a las pequeñas y medianas empresas a la web, pero aún no pueden tocar el impacto instantáneo de la publicidad exterior.